ISA SERRA

Podemos pide introducir «el deseo» femenino en la «política sexual» pero admite que no es «demostrable»

podemos deseo
Isa Serra, Pam e Irene Montero.
Paula Baena

La portavoz de Podemos, Isa Serra, ha divulgado un artículo de la ex diputada de la formación Beatriz Gimeno en el que proclama que hay que caminar hacia una «política sexual» en la que el «deseo de las mujeres sea tan importante como el deseo masculino» aunque a lo largo del texto reconoce que el «deseo» es algo que «no se puede medir legalmente».

Gimeno, en unas palabras que suscribe la portavoz de la formación morada, subraya que hay que «visibilizar» mucho más el deseo. «Hay que hablar de él, representarlo, asumir sus zonas grises y sus complejidades, construir un edificio simbólico igual que aquel que representa y recoge la sexualidad masculina como centro de nuestro universo sexual», expone.

Con todo, a pesar de insistir en la importancia que debe darse al deseo, la autora reconoce que desde el punto de vista legal, para «determinar si hay o no agresión sexual, el consentimiento tiene que ser el centro y no hay otra manera de plantearlo». «El deseo no se puede introducir en el ámbito penal, no se puede medir legalmente, como no se puede medir el amor al dar por válido un matrimonio», explica.

«El deseo no puede ser un indicador»

«El deseo no puede ser legalmente un indicador de la existencia o no de agresión sexual por muchos motivos, pero hay uno que siempre se olvida y es que desear tampoco es equivalente a aceptar mantener una relación sexual», agrega.

Gimeno asegura que a la «ley no le importa, y no debe importarle, si la víctima de una agresión sexual deseaba o no (y de hecho en ese supuesto deseo, imposible de demostrar, se escudan muchas veces los violadores, véase el caso Dani Alves), sino en si ella quería mantener la relación sexual tal como se produjo (es decir, si quiso, si consintió). Es la manifestación de la voluntad, y además en cada paso que se da, lo que debe importar».

«Pretender sustituir el consentimiento por el deseo elimina como elemento central la decisión de las mujeres, su agencia, su voluntad, su racionalidad, para cambiarla por algo incontrolado e incognoscible: el deseo. Cualquier ley que pretendiera salir del ámbito de nuestra agencia nos convierte en menores de edad. Sólo los menores no pueden consentir en ningún caso. El hecho de que existan consentimientos viciados, o nulos, no puede servir para poner en cuestión la validez del consentimiento en general», ahonda la autora, que ha saltado a la palestra en anteriores ocasiones por declaraciones como que las ancianas no tienen hombres «dispuestos a comerles el coño».

Otra de las frases más controvertidas de Gimeno fue: «El ano es una de las principales zonas erógenas para hombres y mujeres. Especialmente, para hombres. Para que se produzca un verdadero cambio cultural tienen que cambiar también las prácticas sexuales hegemónicas y heteronormativas y que sin ese cambio, que afecta a lo simbólico y a la construcción de las subjetividades, no se producirá un verdadero cambio social que iguale a hombres y mujeres».

Lo último en España

Últimas noticias